jueves, 28 de mayo de 2009

Invetigan, especies fociles de la flora Chubutense

Imagen, de una de las campañas en Laguna Del Hunco.

Hace 52 millones de años, lo que hoy conocemos como Patagonia compartió con Australia la existencia de la especie Eucalyptus, en contra de lo que se suponía hasta ese momento.

En su momento la noticia generó tanto escepticismo que una investigadora argentina integrante del equipo de especialistas debió llevar fotos de los fósiles para convencer a sus colegas de que las hojas y frutos hallados pertenecían a esa especie, que es oriunda de Australia.

Los polémicos registros fósiles salieron de Laguna del Hunco, un yacimiento ubicado entre las localidades chubutenses de Gastre y El Maitén.

La bióloga trelewense Cynthia González, investigadora del Museo Egidio Feruglio, desarrolló su tesis de doctorado en base a la inquietud de conocer más sobre ese sitio tan especial, que no deja de sorprender a quienes hurgan en sus profundidades.

En 2006 la investigadora María Alejandra Gandolfo viajó a Australia para mostrar el registro de lo hallado en Laguna del Hunco. Tuvo mejor suerte que su colega Edgardo Romero, quien hizo lo propio en 1998 pero no consiguió la aprobación de sus pares australianos.

¿Cómo es posible que en esta parte del planeta la flora del pasado haya sido similar a la que actualmente se encuentra en Australia?

“La diversidad de Laguna del Hunco se explicaría porque su ubicación en una zona de transición entre dos bioregiones distintas. Eso ocurre en todos los lugares de transición”, aseguró González, quien integra el equipo de Gandolfo.

La especialista describió que “allí convivían especies que necesitaban clima tropical, otras que actualmente se encuentran solamente en Australia, pero también otras especies propias de la región Antártica. Era una mezcla rara”, aseguró.

De acuerdo a estudios previos sobre los cuales trabajó González, Laguna del Hunco estaba ubicada en una zona boscosa en la cual la temperatura oscilaba alrededor de los 16 grados, con lluvias de hasta 1.200 milímetros anuales.

Rodeada por volcanes en actividad, la zona conservó material en perfectas condiciones gracias a que la ceniza cubrió hojas y frutos y los depositó en el fondo del espejo de agua.



Eucaliptos en América

La investigación de González se basó en un meticuloso estudio de las formas actuales de las hojas, ramas, flores, frutos y semillas de las especies de angiospermas (plantas con flor) que existen hoy en Argentina, en Sudamérica y en Australia, para poder compararlas finalmente con los registros fósiles encontrados en Laguna del Hunco.

En ese proceso se evidenció que durante el Eoceno temprano, la época que estudió la bióloga, el género Eucalyptus fue parte del paisaje local.

“Siempre se creyó que el origen de la familia que porta a la mencionada especie era de Australia, y que la existencia de Eucalyptus fue posible en Sudamérica porque migró desde Australia, pasando por la Antártica, cuando esas formaciones estaban unidas.

Pero estos nuevos hallazgos sugieren otras rutas y quizás otros sitios de origen, ya que los Eucalyptus fósiles de Patagonia son uno de los registros más antiguos del mundo, con una alta abundancia y diversidad para esa época estudiada”, mencionó la investigadora, quien se desempeña en el Museo Egidio Feruglio.

González propuso que, además de los Eucalyptus, el resto de las familias de plantas estudiadas utilizaban tres ‘corredores’ de migración: la denominada ‘ruta americana’, que habrían utilizado los grupos de plantas posiblemente originarios del hemisferio norte o del norte de Sudamérica; el ‘corredor de Sudamérica –Antártida–Australia’: que utilizarían los grupos de plantas característicos de climas templados de América y Australia y la ‘ruta africana’ (América – África –Australia), seguida por grupos de plantas característicos de climas tropicales y subtropicales.

La extinción en América del Eucalyptus, además de otras especies, llegó a partir del Eoceno medio (50 a 38 millones de años), con los cambios en la geología y en el clima, el descenso de la temperatura y la disminución de las lluvias.



Claves del pasado

Para González la dificultad de la investigación radicó en la ausencia de bibliografía que describiera las especies de Argentina.

“El trabajo fue doble porque hubo que aportar sobre lo actual y lo pasado”, señaló. Y agregó: “Los fósiles nos ayudan a ver el pasado y nos permiten trasladar la información obtenida de ellos hasta el día de hoy. Al mismo tiempo, una buena comprensión de las formas actuales contribuye a nuestra comprensión de las que ya se extinguieron”, sintetizó.

En ese sentido, su tesis también revisó errores que se arrastran desde el primer trabajo publicado sobre Laguna del Hunco, elaborado por Edward Berry en 1925: es que en ese momento el investigador sólo pudo comparar lo que halló con la flora de Estados Unidos, que es de la que se tenía registro en esa época.

La tesis de la bióloga, que demandó cinco años, forma parte de un proyecto mayor en el que participan, además del Museo Egidio Feruglio de Trelew, las universidades de Buenos Aires, Cornell, Pennsylvania, Denver y el Instituto Smithsoniano de Washingthon.

La investigación continúa ya que, a pesar de su riqueza, Laguna del Hunco no ha sido demasiado explorada. “Todavía hay mucho para averiguar pero los resultados obtenidos ya aportan información a la paleoecología y a la paleoclimatología”, aseguró González, quien también se desempeña como ayudante de la cátedra de Botánica en la Universidad Nacional de la Patagonia. “La flora es esencial para saber qué estuvo pasando en ese momento en la historia de la tierra”, aseguró.


Nota extraída del Periodico, Diario Jornada
de la ciudad de Trelew Privincia del Chubut.
Del 25/05/2009