A partir de la próxima temporada alta, a Punta Tombo no podrán ingresar más de 2.400 turistas por día, a razón de 400 en 6 turnos de 2 horas. Obligatoriamente, todos ellos deberán repartirse en grupos de no más de 20 personas, separados entre sí por 300 metros y llevados sí o sí por un guía. Así lo concluyó el “Estudio de Capacidad de Carga para el Área Natural Protegida Punta Tombo”, que solicitó la Subsecretaría de Turismo y Áreas Protegidas, y que concretó un grupo de investigadores especializados. Si se trata de temporada baja o intermedia, en cada turno podrían entrar hasta 800 personas en grupos de 40 y separados por 100 metros. O sea, casi 5 mil visitantes diarios.
El informe se presentó ayer en Rawson ante autoridades y prestadores turísticos. La idea de estas restricciones es controlar mejor el flujo de visitantes en la célebre pingüinera, de modo que no afecten el ritmo de vida de estas aves marinas. Si la idea se termina de acordar con los operadores, la subsecretaria Florencia Papaiani deslizó que podrán entrar más turistas que antes. Hoy, a esa Área Natural llegan casi 100 mil turistas. El informe calcula que en la temporada 2013/14 llegarán 160 mil personas.
Otras recomendaciones para mejorar el manejo del área incluyen especializar a los guías en la visita a Tombo, con cursos sujetos a aprobación, y regular la cantidad de turistas ya desde las ciudades de origen, trabajando con los operadores turísticos. Es que según se advirtió, “es muy dificultoso regular cuando los turistas ya están en el lugar”.
Los investigadores aconsejaron difundir ampliamente las nuevas limitaciones de horarios y de cantidad de pasajeros que pueden entrar por sectores horarios, además de “rediseñar los senderos para poder regular mejor la capacidad de carga simultánea”. Además, “para manejar la distancia adecuada y las aglomeraciones indeseadas en áreas críticas, es necesario establecer controles en los sectores del sendero más problemáticos”.
En Turismo calculan que en setiembre se inaugurará el Centro de Interpretación de Punta Tombo. Y lo ideal sería que esta obra “actúe como regulador del flujo de visitantes, trasladando los grupos hacia el sendero mediante algún medio de transporte que permita conectar ambos puntos”. Ya no se podrá ir a pie hasta los senderos.
Los investigadores advirtieron que es “indispensable” implementar un sistema de monitoreo de los sitios de visita. Claro que todo será inútil si estos consejos no se siguen lo antes posible. Por eso dejaron claro que “para que estas medidas puedan implementarse en el terreno por el personal del área, resulta indispensable que se transformen en un Reglamento de Manejo Oficial”.
El trabajo tardó 9 meses e incluyó un estudio exhaustivo de los antecedentes científicos sobre pingüinos y turismo en general y sobre biología y comportamiento del pingüino de Magallanes en particular; revisión de las estadísticas de actividad turística y sus tendencias de crecimiento; trabajo con los guardafaunas en la identificación de los principales problemas de manejo de la reserva y un intenso trabajo de campo para corroborar los supuestos teóricos y realizar mediciones.
Según Papaiani, “estamos con un Área Protegida que recibe 100 mil personas al año y tiene potencial para recibir muchas más. El gran desafío de todos en la gestión es el manejo de este turismo para que sea responsable y no impacte al medio ambiente”. A la funcionaria la acompañó el coordinador de la investigación, Adrián Monjeau, y otros especialistas que participaron.
“El gran desafío con la inversión del Centro de Interpretación era comenzar el Área Natural Protegida desde cero, con toda la experiencia que tenemos y aplicando un estudio tan importante, que técnicamente nos da solidez política para tomar decisiones”, dijo Papaiani. En este sentido, la funcionaria aseguró que el estudio permitirá saber “qué inversiones requerimos para que cuando se inaugure podamos manejar los grupos de turistas sin impactar la fauna, y no plantear soluciones después de los problemas”.
Aseguró que ya está prevista la inversión en senderos “porque tenemos que estar a la altura de las circunstancias. El Centro generará una cantidad de turistas importante porque cortaremos la estacionalidad: Tombo estará abierta los 365 días del año y eso ya implica que habrá más visitantes que hoy”. El próximo paso es realizar el mismo estudio en Península Valdés.
-¿Esto no choca con los intereses económicos de los prestadores?
-Como subsecretaria voy a velar por el interés y la conservación de la fauna del Área. No habrá inconvenientes porque estamos trabajando para que se entienda que el recurso del que viven todos los operadores turísticos hay que cuidarlo y hace a la mejor experiencia del turista; que cuando sea recibido tenga servicios y no se exponga a situaciones que son desagradables en muchas ocasiones. Queremos consensuar con los privados y por eso tanto tiempo de anticipación, no lo hacemos un día antes de inaugurar.
Por su parte, Monjeau dijo que “el desafío de todos es manejar la capacidad de carga simultánea en grupos, separados a una distancia lo suficientemente razonable para no molestar a los pingüinos, que son el recurso y el actor principal que mueve todo esto”.
Recordó que los niveles críticos varían en el mismo día, ya que por ejemplo, en la mañana temprano y en la tarde, la actividad de los pingüinos es alta, no así durante el mediodía. Y si la cantidad de turistas es excesiva, “empezamos a tener problemas de capacidad biológica y de infraestructura, con molestias al propio turista".
El informe se presentó ayer en Rawson ante autoridades y prestadores turísticos. La idea de estas restricciones es controlar mejor el flujo de visitantes en la célebre pingüinera, de modo que no afecten el ritmo de vida de estas aves marinas. Si la idea se termina de acordar con los operadores, la subsecretaria Florencia Papaiani deslizó que podrán entrar más turistas que antes. Hoy, a esa Área Natural llegan casi 100 mil turistas. El informe calcula que en la temporada 2013/14 llegarán 160 mil personas.
Otras recomendaciones para mejorar el manejo del área incluyen especializar a los guías en la visita a Tombo, con cursos sujetos a aprobación, y regular la cantidad de turistas ya desde las ciudades de origen, trabajando con los operadores turísticos. Es que según se advirtió, “es muy dificultoso regular cuando los turistas ya están en el lugar”.
Los investigadores aconsejaron difundir ampliamente las nuevas limitaciones de horarios y de cantidad de pasajeros que pueden entrar por sectores horarios, además de “rediseñar los senderos para poder regular mejor la capacidad de carga simultánea”. Además, “para manejar la distancia adecuada y las aglomeraciones indeseadas en áreas críticas, es necesario establecer controles en los sectores del sendero más problemáticos”.
En Turismo calculan que en setiembre se inaugurará el Centro de Interpretación de Punta Tombo. Y lo ideal sería que esta obra “actúe como regulador del flujo de visitantes, trasladando los grupos hacia el sendero mediante algún medio de transporte que permita conectar ambos puntos”. Ya no se podrá ir a pie hasta los senderos.
Los investigadores advirtieron que es “indispensable” implementar un sistema de monitoreo de los sitios de visita. Claro que todo será inútil si estos consejos no se siguen lo antes posible. Por eso dejaron claro que “para que estas medidas puedan implementarse en el terreno por el personal del área, resulta indispensable que se transformen en un Reglamento de Manejo Oficial”.
El trabajo tardó 9 meses e incluyó un estudio exhaustivo de los antecedentes científicos sobre pingüinos y turismo en general y sobre biología y comportamiento del pingüino de Magallanes en particular; revisión de las estadísticas de actividad turística y sus tendencias de crecimiento; trabajo con los guardafaunas en la identificación de los principales problemas de manejo de la reserva y un intenso trabajo de campo para corroborar los supuestos teóricos y realizar mediciones.
Según Papaiani, “estamos con un Área Protegida que recibe 100 mil personas al año y tiene potencial para recibir muchas más. El gran desafío de todos en la gestión es el manejo de este turismo para que sea responsable y no impacte al medio ambiente”. A la funcionaria la acompañó el coordinador de la investigación, Adrián Monjeau, y otros especialistas que participaron.
“El gran desafío con la inversión del Centro de Interpretación era comenzar el Área Natural Protegida desde cero, con toda la experiencia que tenemos y aplicando un estudio tan importante, que técnicamente nos da solidez política para tomar decisiones”, dijo Papaiani. En este sentido, la funcionaria aseguró que el estudio permitirá saber “qué inversiones requerimos para que cuando se inaugure podamos manejar los grupos de turistas sin impactar la fauna, y no plantear soluciones después de los problemas”.
Aseguró que ya está prevista la inversión en senderos “porque tenemos que estar a la altura de las circunstancias. El Centro generará una cantidad de turistas importante porque cortaremos la estacionalidad: Tombo estará abierta los 365 días del año y eso ya implica que habrá más visitantes que hoy”. El próximo paso es realizar el mismo estudio en Península Valdés.
-¿Esto no choca con los intereses económicos de los prestadores?
-Como subsecretaria voy a velar por el interés y la conservación de la fauna del Área. No habrá inconvenientes porque estamos trabajando para que se entienda que el recurso del que viven todos los operadores turísticos hay que cuidarlo y hace a la mejor experiencia del turista; que cuando sea recibido tenga servicios y no se exponga a situaciones que son desagradables en muchas ocasiones. Queremos consensuar con los privados y por eso tanto tiempo de anticipación, no lo hacemos un día antes de inaugurar.
Por su parte, Monjeau dijo que “el desafío de todos es manejar la capacidad de carga simultánea en grupos, separados a una distancia lo suficientemente razonable para no molestar a los pingüinos, que son el recurso y el actor principal que mueve todo esto”.
Recordó que los niveles críticos varían en el mismo día, ya que por ejemplo, en la mañana temprano y en la tarde, la actividad de los pingüinos es alta, no así durante el mediodía. Y si la cantidad de turistas es excesiva, “empezamos a tener problemas de capacidad biológica y de infraestructura, con molestias al propio turista".
Nota extraída del Matutino Diario Jornada, de la Ciudad de Trelew, 29 de Abril de 2010.
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