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sábado, 8 de agosto de 2009

Floridablanca, al Sur de La Patagonia.

Rey Carlos III

Mapa del citio


Grupo de Tehuelches de la época


Floridablanca:


Hace unos días me encontraba ojeando unas viejas revistas que tengo guardadas, las cuales datan de la década de 70’.
En una de ellas me llamo la atención un artículo que me gustaría compartir con ustedes.
Esta revista esta fechada en marzo de 1975.
Para ponerlos en contexto les comento que, el artículo es una investigación llevada a cavo en Puerto San Julián una localidad de la provincia de Santa Cruz en la republica Argentina, en donde un grupo de arqueólogos de la época descubrió las ruinas de una antigua ciudad Española.



Los fantasmas de Floridablanca:


En las proximidades de San Julián, un pueblo Castellano permanece sepultado desde el siglo XVIII, erigido por orden del entonces Rey Carlos III, llego a tener 250 habitantes y sobrevivió durante cuatro años.
Paradójicamente, no fue destruido por la naturaleza sino por sus propios fundadores.
Según los funcionarios de aquella época, no valía la pena poblar el extremo sur del continente.
En medio del árido paisaje patagónico, azotado por el viento y la soledad, un equipo de universitarios se propuso una ambiciosa y apasionante tarea: exhumar los restos de la Colonia Floridablanca, una antigua ciudad erigida durante el mandato del virrey Vertiz, por orden expresa de Carlos III, rey de España.
De aquellos trabajos, palada a palada, dado que fue financiada la investigación por la municipalidad de San Julián, surgieron las arquitecturas de una de las primeras ciudades instaladas al sur del Río Colorado.
También una historia de Piratas, viejos Galeones y fantasmas de Corsarios que, en las dilatadas costas del Océano Atlántico Sur, tejían una bitácora de depredaciones, ambiciones territoriales e intereses políticos.
Aunque la arqueología exige costosas investigaciones en archivos y complicados trabajos de prospección, las obras de reflotamiento de Floridablanca en solo dos meses de tareas han aflorado vestigios de un extraño caserío que abarcó varias hectáreas. También, restos de sus habitantes que demuestran que entonces gozaban de insólitas comodidades: botellas de vidrio, botones de bronce y nácar, cápsulas y municiones, carpintería y herrajes de complicadísimo diseño, inclusive un productivo horno de ladrillos y cerámicas.
Algunas fuentes historiográficas consultadas en Buenos Aires y viejos documentos de la época del Virreinato del Río de La Plata, permiten ahora recomponer las piezas de un rompecabezas cuyos hitos fundamentales se remontan a una vieja puja entre España e Inglaterra y a los intentos de habitar un territorio dominado por los Indios Araucanos los endemoniados huracanes y las amenazas de los Piratas de le época.



Geopolítica y encaje antiguo:


Viejos itinerarios y derroteros náuticos den cuenta de que, en épocas del virreinato, la actual Patagónia no estaba sólo a merced de los aborígenes. Sus costas, excelentes cotos de pesca de ballenas, habían desatado las apetencias de los holandeses y de buques factorías fletados por el imperio Ingles.
Frente a donde ahora están enclavadas las ciudades de Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Río Gallegos, los historiadores lograron documentar las andanzas del pirata ingles Francis Drake.
Según parece el celebre corsario recorrió esas costas.
Pero establecer fortines contra las piratas y balleneros no era el único motivo que tenían las autoridades rioplatenses para asentar colonos en el sur.
La radicación de europeos era también una forma de hacer valer derechos territoriales, una manera de detentar para España el estrecho de Magallanes, un paso interoceánico que convertía al extremo austral del continente en una de los puntos de mayor valor estratégico del planeta.
Un documento elaborado por José Moniño, conde de Floridablanca, advirtió en el año 1778 a las entonces autoridades metropolitanas sobre el merodeo de embarcaciones extranjeras. “La frecuencia con que los ingleses envían naves a las proximidades de las Islas Malvinas para dedicarse a la pesca de ballenas –señalaba-, los reconocimientos hidrográficos que se practican y el deseo de utilizar esas tierras, nos hace recelar sobre su intención de sentar la planta sobre algún paraje de la parte que corre desde el río de la Plata hasta el estrecho de Magallanes.
Fueron esas consideraciones que empleó el rey de España para ordenar a su delegado Vertiz –por Real Cedula del 24 de marzo de 1778-, la construcción de la Nueva Colonia de Floridablanca, a “tres leguas del mar, frente a la bahía de San Julián”.
Ese pueblo –junto con otros tres asentamientos hasta ahora no ubicados en el sur Argentino-, constituye un verdadero interrogante arqueológico.
En las excavaciones realizadas en la época en las ruinas, no solamente aparecieron vestigios de sus antiguos habitantes. También cascos y yelmos –increíblemente conservados- y una piedra del molino harinero existente en el lugar (que inexplicablemente fue enviada a un museo de Viena en Austria), fueron cosechados por buscadores de tesoros antes de que se emprendieran los trabajos de investigación.
Un antecesor de los investigadores el comerciante Pedro Ganam, reconoció, entre los años 1.941 y 1.942, cuando era alcalde de San Julián, que visito el lugar.
“Comprobé que había unas lomitas sospechosas –dijo-, y que sobre la tierra, casi inadvertidas entre los arbustos, se asomaban algunas tejas rotas, delatando la existencia de viajas construcciones. Pero por esos años la intendencia estaba preocupada en otras cosas y no se inicio ninguna tarea de investigación al respecto.
Mucho antes de esas inquietudes el gobierno nacional también se ocupo por la zona, algo que indirectamente, también afectó la conservación de los restos de Floridablanca. Por decreto del 17 de diciembre de 1.901, el poder Ejecutivo designó al ingeniero Miguel Olmos para realizar exploraciones y mensuras de una extensa zona del entonces Territorio Nacional de Santa Cruz.
El profesional durante su estadía en Puerto San Julián, extrajo de la zona –e informó de ello- algunos maltrechos restos, acaso mas como un testimonio de su paso por allí que como útil medio de divulgación científica. Entre esos objetos según declara en aquellos años, Olmos halló una moneda de plata y otra de cobre, con la efigie de Carlos III grabada en una de sus caras.
Llegar hasta esos vestigios, para cualquier cosechero de trofeos coloniales era, hasta que al intendente de San Julián se le ocurriera rescatarlo (y cercar esos terrenos), relativamente sencillo: bastaba con transitar dos leguas de camino de ripio, para acceder al lugar y con un pico y una pala comenzara a rasgar en los restos del antiguo asentamiento.

Prontuario de frustraciones:


Existe suficiente bibliografía sobre el tema como para hilvanar la corta vida de Floridablanca.
Según Amado E. Lafuente (25 años, encargado del equipo de esforzados arqueólogos que trabajaron en los restos en la década del 70`), el fundador de ese establecimiento, Antonio de Viedma, zarpó del puerto de Montevideo el 13 de enero de 1780, rumbo a la Patagonia. “Comandaba una escuadrilla de paquebotes, bergantines y goletas, guiadas por José de la Peña, experto piloto y cartógrafo de la época”. Junto a Viedma iban 18 pobladores solteros, algunos artesanos, un oficial de artillería y 30 soldados. Muchos de ellos, que viajaban acompañados de sus esposas, tuvieron hijos en la naciente población.
Además llevaban, 10 mulas, víveres para un año y agua potable para cuatro meses. “Se habían provisto de agua, por que el virrey tenia información de que ni en San Julián ni en sus inmediaciones existía un curso de agua dulce”. -Sin embargo cuando con mi compañero José E. Iglesias otro de los investigadores, descubrimos el horno de ladrillos, cerca de allí observamos la existencia de un río ahora seco y pedregoso, probablemente Floridablanca se haya fundado allí por sus entonces aguas cristalinas-. Comento el arqueólogo.
El diario de navegación de Viedma da cuenta que su escuadra llego a San Julián el 23 de marzo de 1780.
Ese día 2 Caciques Tehuelches llamados Julián Grande y Julián Gordo dieron cuenta –según relata el fundador de la aldea- “de la existencia, a 3 leguas de la costa, de agua muy buena y permanente, de buenas tierras a poca distancia de allí”.
Sin embargo Viedma, ante de instalarse, exploro las costas atlánticas hasta Santa Cruz, invernando en Río Deseado.
Recién el 1º de diciembre de 1780, Antonio de Viedma se instalo en la naciente colonia.
El acta redactada en esa fecha, da cuenta de que el capitán efectuó un acto que, según las costumbres de la época, asentaba el dominio del rey de España sobre esos terrenos: desembarcó, cortó ramas, arrancó matas, deshizo terrones, movió piedras “e hizo todos los demás actos de posesión en derechos necesarios”.
Rodeados de indios –que colaboraron en el suministro de alimentos-, los españoles iniciaron el 6 de enero de ese año la construcción del fuerte. Según el historiador naval Héctor R. Ratto, “la población ascendía 150 personas y las pertenencias de la colonia eras de 30 mulas, igual cantidad de equinos, 18 vacas, 24 cerdos y 700 aves de corral”.
Un fuerte de madera, un hospital, un molino de trigo, una panadería, una capilla –consagrada el 28 de enero a Nuestra Señota del Rosario y a cargo de un sacerdote franciscano-, estos constituían los principales edificios públicos asentados como era de rigor, alrededor de la Plaza Mayor. Además contaba con las viviendas particulares de los pobladores y los talleres y negocios, con sus respectivas herramientas.
Posiblemente por el fracaso de las cosechas y el mal régimen alimenticio, pestes y enfermedades diezmaron a los colonos. “Maria Ortiz –dice el diario de Antonio de Viedma-, murió el 8 de febrero de 1781; en abril fallecieron Maria Ferreira y Bartolomé Tamame. En mayo otros 4”.
Los indios informaron al comandante de la existencia de bosques,
en las nacientes del río Santa Cruz.
El 7 de noviembre de 1782, a bordo del bergantín San Francisco de Paula remontó su curso llegando hasta los lagos cordilleranos.
La población sobrevivió “con pacifica quietud, ayudada por los indios, apesadumbrada por la escasa alimentación (durante temporadas se llego a imponer el racionamiento de los víveres) y aprovisionada de tanto en tanto por algún barco enviado desde la capital del Virreinato.



Muerte y pueblo:



Ajenos a las decisiones metropolitanas, los pobladores de Floridabanca vieron llegar,
en enero de 1784, un emisario real.
Según un oficio, informo a los colonos que, en San Lidofenso, el 1º de agosto de 1783, el rey dio orden de abandonar las poblaciones en la Patagonia y de dejar la tierra arrasada, con el solo testimonio de “una columna o pilastra que contenga las armas reales y una inscripción que acredite la pertenencia de ese terreno”.
Lafuente, juzgando esa decisión, reconoce hoy en día que sobre “la razón prevaleció el impulso medroso, sobre el concepto de estadista la mezquindad del burócrata, sobre el espíritu de empresa el limitado pensamiento del administrador.
Los sacrificios personales, las duras experiencias, el dominio del tiempo y del espacio, de nada valieron”. La orden del Rey de España, cumplida al pie de la letra por el Virrey Vértiz, era desalojar la colonia de Floridablanca, arrasar sus casas y construcciones, destruir sus sembradíos y, aun, erradicar las cruces del diminuto cementerio.
La orden, a pesar de la resistencia de quienes habían dado hijos a esas tierras y a pesar de los sinsabores y rigores climáticos aprendieron a amarla, a pesar de todo eso, fue cumplida totalmente.
El 28 de enero de 1784 se hizo efectiva la instrucción del rey de España. “Todo fue destruido, lo que pudo desarmarse lo fue, el resto quedo arrasado.
Contra lo que cualquier arqueólogo despistado pudiera pensar 189 años mas tarde, en la fecha de publicación de este articulo en la revista, las ruinas de Floridablanca no fueron deshechas por el tiempo sino por la mano del hombre. Los juicios que los españoles entablaron contra la corona, exigiendo justas indemnizaciones por el desalojo, fueron ventilados –reconociendo sus derechos- en la Junta Superior de la Real Hacienda, con asiento en Madrid España.
El 20 de marzo de 1784, en Buenos Aires, Simón de la Puente, tesorero de Floridablanca, rubrico un ultimo acto administrativo, informando de los objetos abandonados en dicho territorio: las embarcaciones fletadas desde la capital del virreinato no dieron abasto, en sus bodegas, para transportar lo que allí existiera.
Artillería, municiones, arados, piedras de moler, carretillas y miles de objetos de menor tamaño fueron esparcidos en terrenos cercanos al efímero pueblo.
Siglos después, algunos investigadores intentaron hallar el último vestigio Español en Floridablanca: el pilar que, según la ordenanza dictada por Carlos III debía testimoniar la soberanía española en esas costas.
“Todo parece –informo Lafuente, uno de los investigadores, con nostalgia- que el lanzamiento se efectúo precipitadamente: por más que buscamos no pudimos dar cuenta de esa construcción”.
Algunos documentos de la época –cuya lectura facilitada a la Revista Siete Días por el Instituto de Estudios Histórico Navales de la Armada Argentina-, dan cuenta de que el virrey Vértiz no opuso la menor resistencia ante el mandato del rey de España. El 22 de febrero de 1783 (y quizás inspirando a sus superiores la concreción de tan insólita actitud), quien fuera bautizado como “el virrey de las luminarias”, sugirió el despoblamiento de La Patagonia. Exactamente un año después, cuando de Floridablanca no quedaban sino algunos ladrillos destrozados- “para que no sirvan de abrigo a vasallos de otras potencias de la época”, según su interpretación de la orden-, Vértiz desplazado. Mientras abandonaba Buenos Aires rumbo a Cadiz España, un ministro de Carlos III intentaba convencer al Monarca sobre la necesidad de mantener el Sur del virreinato poblado.
Pero, claro, ya era tarde.



Nota:
Periodista: Roberto Vacca.
Articulo extraído de la Revista Siete Días, con fecha del 7 de marzo de 1975.

viernes, 19 de diciembre de 2008

El primer avion sobre Tierra del Fuego

Parece ser algo más que una aventura; el sur-sur de la Patagonia, principal objetivo, completado con arriesgado actor. Difícil es desentrañar el fin profundo de aquella elección con final trágico para su protagonista, muerto años después con su acompañante en lago Argentino. ¿Imán patagónico, cautivantes lecturas, incitación a lo desconocido? Por ahora debemos aceptar lo que dejó escrito el personaje y reflexiones posteriores de otros autores.
El proyecto comenzó concretándose en los astilleros Kramer, Vagt & Beckmann en Büsum, cerca de Hamburgo (Alemania), en 1926, encargado por el explorador -también alemán- Gunther Plüschow: "Enteramente construido con madera de roble, el casco medía 16,20 metros de eslora por 4,88 de manga y 1,80 de calado. Originalmente estaba propulsado por motor Deutz 50 HP de dos tiempos y un velamen con cangrejas, foques y trinquetilla distribuidas en un aparejo queche con mástiles metálicos". Se lo bautizó "Feuerland" ("tierra del fuego" en alemán), mostrando así unidad con el principal propósito: navegar por mar y el aire en aquella región.
Breve historia personal. Plüschow, nacido en Munich por 1886, se inició en la carrera naval a los 11 años y en 1912 era oficial de la Armada Imperial Alemana. Recorrió varios mares del mundo. Durante la Primera Guerra Mundial fue aviador naval en Oriente, donde vivió una odisea luego de evacuar Tsingtao -colonia alemana en China-, y tras nueve meses de accidentado peregrinar -con casi fusilamiento- pudo regresar a Alemania. Se retiró de la Marina y se dedicó a la aviación civil, "promoviendo la fundación de la empresa aeropostal Aero Lloyd, que más tarde sería Lufthansa". Obtuvo el título de capitán de ultramar y comandó un buque de pasajeros en el Mediterráneo. Un casual encuentro con un ex camarada, Laeitz, fue motivo de invitación para viajar en la barca "Parma" a Sudamérica. Malvinas, Cabo de Hornos y costas chilenas fueron el descubrimiento y tuvo otro casual encuentro con un estanciero alemán en la zona del Paine, comprometiéndose regresar. En Alemania publicó su segundo libro: "Viaje en velero al país de las maravillas".
Logró ayuda económica para construir el "Feuerland" y zarpó en octubre de 1927. Estuvo amarrado en el Yacht Club Argentino de Buenos Aires, donde pasó la Navidad: "Sus instalaciones eran de las más bonitas y elegantes que conocía". El 21 de octubre de 1928 estaba en el estrecho de Magallanes y en Ushuaia -donde fue bien recibido- se iniciaba el recorrido fueguino: "Este primer viaje sirve, principalmente, de información. Me he propuesto hacerme una idea de todo cuanto nos espera y por eso quiero estudiar y elegir los mejores y más hermosos lugares para filmar y fotografiar, buscando al mismo tiempo puntos de orientación para mi hidroavión y sitios adecuados para amarrar en caso imprevisto de necesidad", escribió después en su libro sobre aquel viaje por mar y aire. La fábrica Heinkel le había entregado un hidroaeroplano con motor BMW-4 que llegó desarmado a Magallanes (Punta Arenas) en el vapor alemán "Planet". Era biplaza "con estructura de metal y madera; sus habitáculos estaban descubiertos. Podía ir equipado tanto con ruedas como con flotadores. Su velocidad era de 160 kilómetros por hora". En Magallanes apareció el compañero, ingeniero y mecánico Ernst Dreblow, con quien armó el hidroavión. "Fuimos trayendo, con mil dificultades, una tras otra, las numerosas piezas del hidroavión, que se encontraban embaladas y encerradas en distintos departamentos desde hacía casi un año. Todo se hallaba en tan excelente estado, que yo creí que el hidroavión acababa de salir de fábrica. Trabajamos, naturalmente, al aire libre, a merced del tiempo, de los vientos, de los huracanes, de las lluvias, tormentas, tempestades de agua o de arena y bajo el sol abrasador de verano, sin cabría ni grúa, sin útiles de trabajo, sin otras herramientas que las que buenamente encontramos por casualidad".
Con improvisados elementos como un "mástil para elevar la parte central del hidroavión y poder colocar debajo los flotadores y colgar la pieza del centro, colocar el motor, enganchar las alas y colocar luego el aparato, dejándolo descender lentamente sobre la vagoneta de los flotadores", "las tempestades y el mal tiempo han sido un sufrimiento que ha durado varias semanas. Pero, al fin, llegó el día en que el pájaro estuvo terminado". Fue llamado "Cóndor de Plata": "Lo he bautizado con el nombre 'Tsingtau D 1313'". Estuvieron contentos pues "...a la primera vuelta de manivela echa a andar el motor" y seguidamente "comenzó a correr sobre el mar". El vuelo de prueba fue satisfactorio.
Llegó el día tan ansiado. Cargaron "una voluminosa saca de correspondencia en el interior del casco" y despegados hicieron "un vuelo de honor por encima de Magallanes, describiendo un círculo".
En un pequeño poblado chileno vieron "a sus habitantes, corriendo en aglomeración y mirando hacia arriba, excitados por el miedo, pues no han visto en su vida un aerplano en los aires". Luego se les presentaron la bahía de Uselesa, la isla Dawson, la cordillera de Darwin... volaban a 2.500 metros de altura. Aquel panorama se reflejó después en hermosas frases que el piloto-escritor -así fue llamado- plasmó en su libro sobre Tierra del Fuego. Pasaron por el lago Fagnano y luego "¡debajo de nosotros acaba de surgir la pequeña ciudad de Ushuaia!". Poco después el canal Beagle recibía al "Cóndor de Plata". "El vuelo entero, desde Magallanes (Punta Arenas) hasta Ushuaia, apenas ha durado una hora y cuarenta minutos, con un total de doscientos ochenta kilómetros. Somos -apuntaría- el primer avión del mundo que ha volado sobre la Tierra del Fuego. Toda la población de Ushuaia se halla reunida en la playa. La calurosa recepción que se nos tributa es para mí algo totalmente inesperado... dando el brazo a mi excelente compañero Dreblow, atravieso por medio de aquella compacta multitud, que nos cubre de flores y de verdes y preciosos ramajes; centenares de manos nos aplauden". Los recibieron el gobernador fueguino y su "encantadora esposa". Saludos, felicitaciones, abrazos y obsequios, anotando sobre aquel momento: "¡El primer correo aéreo, el primer paquete postal que desde la tierra firme hasta la punta extrema de la Tierra del Fuego vino por los aires, lo entrego yo mismo en propias manos del gobernador!" (sic).
Fue el 3 diciembre de 1928, hace 80 años.

HÉCTOR PÉREZ MORANDO (*)
(*) Periodista. Investigador de historia patagónica

Bibliografía y fuentes principales: Plüschow, G.: "Silberkondor Úber Feuerland", Berlín, 1919. Trad. de Armand Guerra de "Sobre la Tierra del Fuego", Berlín, 1930. Canclini, A.: "Tierra del Fuego", 1986. Pronsato, D.: "Patagonia año 2000", 1971. Larra, R.: "La conquista", 1979, Bafico Rojas, A.: "Feuerland", BCN, 2007. Revistas "Karu Kinka" Nº 13, 14 y 25; 1975 y 1980. Pérez Morando, H.: "Año Nuevo", "Río Negro", 1999. Archivo del diario "Río Negro", Biblioteca Patagónica (VECh) y otros.

Nota extraida del Suplemento Cultural del Diario Rio Negro, del Viernes 19 de Diciembre de 2.008

lunes, 18 de agosto de 2008

Genaral, José de San Martín el gran Libertador de América, a 158 años de su muerte.


Hoy 17 de agosto, se conmemora un nuevo aniversario de su fellecimiento.

José de San Martín noció en Yapeyu, hoy Provincia de Corrientes, un 25 de febrero de 1778, y fallecio un 17 de agosto de 1850 en Boulogne-sur-Mer Francia.

San Martín fue un militar Argentino cuyas campanias fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y el Perú.
Junto con Simón Bolívar es considerado uno de los libertadores más importantes de Sudamérica de la colonizacion Española.
En Argentina tiene el titulo de Padre de la Patria y se lo concidera un héroe y précer nacional.
En el Perú se lo reconoce como Libertador de aquel País, con los titulos de Fundador de la Libertad del Perú, Fundador de la República y de Generalícimo de las Armas.
En Chile su ejército le reconoce el grado de Capitán General.



Su familia:



José Francisco de San Martín nació en Yapeyú una ex micion Jesuítica a orillas del Río Uruguay en la Governacion de las Misiones Guaraníes del Virreinato del Río de La Plata, en la actual Provincia de Corrientes.
Su padre, Juan de San Martín y Gómez, había nacido en la Villa de Servatos de la Cueza, en la Provincia de Palencia, España, y era teniente Gobernador del Departamento.
Sirvio como militar a la Corona Española y fue el primer teniente Goberandor de le Gobernación de las Misiones Guaraníes, con sede en Yapeyú.
Su madre, doña Gregoria Matorras del Ser, tambien había nacido en la provincia de Palencia, España, concretamente en Paredes de Nava. Era sobrina de un gobernador de la Provincia Colonial del Tucumán y conquistador del Chaco.



Viaje a España:



En 1781, cuando José de San Martín tenía 3 años, la familia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires, luego se mudaron a España, enbarcando rumbo a Cádiz el 6 de diciembre de 1783.
San Martín comenzo sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Allí aprendió latín, francés, castallano, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica, matemática, historia y gaografia.



Carrera Militar:



En 1789, a los 11 años de edad, comenzó su carrera militar en el Regimiento de Murcia, mientras estallaba la Revolución Francesa. Luchó en la campaña del norte de África combatiendo a los Moros en Melilla y Orán. En 1797, fue ascendido a subteneiente, por sus acciones en los Pirineos frente a los franceses, en 1793.
Durante el período que sigue luchó con el grado de capitán 2º de infantería ligera en diferentes acciones, en la guerra de las Naranjas contra Portugal (1802) y en Gibraltar y Cadíz, contra los Ingleces en (1804).
En (1808) las tropas de Napoleón invadieron la Península y el Rey Fernando VII fue tomado pricionero. Poco despúes estalló la rebelión, contra el Emperador y contra su Hermano José Bonaparte, que había sido proclamado Rey de España. Se establació una junta Central de Gobierno, que actuó, primero en Sevilla y luego en Cádiz.
San Martín fue acendido por la junta al cargo de eyudante 1º del regimiento de Voluntarios de Campo Mayor.
Distinguido por sus acciones contra los frenceses, fue ascendido a capitán del regimiento de Borbón. Su principal actuación fue en la gran victoria de la batalla de Bailén, del 19 de julio de 1808, teniendo una destacada labor como ayudante del general Coaupigny.
Esta victoria fue la primera derrota importante de las tropas de Napoleón y permitio al ejercito de Andalicía recuperar Madrid. En premio por su actuación, San Martín recibió el grado de teniente coronel y una condecoración con una medalla de oro.



Londres:


En 1811, renunció a su carrera militar en España. Viajando a Inglaterra, partio el 14 desptiembre de ese año para residir en Londres. Allí se encontro con compatriotas de la Ámerica española: Carlos María de Alvear, José Matías Zapiola, Andrés Bello y Tomás Guido, entre otros.
Segun algunos historiadores, aquellos formaban parte de la Gran Reunión Americana, sociedad de presuntas filiaciones masónicas, fundada por Francisco de Miranda quien, junto con Simón Bolívar ya luchaba en América por la independencia de Venezuela.


Su actuacion en el Río de la Plata;

regreso a Buenos Aires:


En enero de 1812, San Martín se enbarco rumbo a Buenos Aires en la fragata inglesa Georg Canning. Fue recivido por los miembros del Primer Triunvirato, quines le reconocieron su grado de teneinte coronel. El 16 demarzo le pidieron que creara un cuerpo de caballería, que llamó: Regimiento de Granaderos a Caballo, para custodiar las costas del Río Paraná.
Durante 1812 se ocupo de instruir a las nuevas tropas en las modernas técnicas de combate que conocia por su extensa actuación en Europa contras los ejércitos de Napoleón.
Junto a Carlos María de Alvear, fundó a mediados de 1812 una filial de la Logia de los Caballeros Regionales, que rebautizó con el nombre de Logia Lautaro, (el nombre fue tomado del Cacique Araucano que se subelvó en el siglo XVI, contra los Españoles).
En octubre de 1812, cuando llegó a Buenos Aires la noticia de la victoria del Ejército de Norte en la batalla de Tucumán, comandado por Manuel Belgrano, (creador de la Bandera Argeentina), San Martín dirigió un movimiento preparado por la Logia, con el objeto de derrocar al Gobierno, al cual juzgaban poco decidido por la independencia.
Bajo la preción de los cuerpos armados y del pueblo, se nombró el Segundo Triunvirato, cinstituido por: Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Ántonio Alvarez Jonte.
Se exigió además, llamar a una Asamblea Suprema, de delegados de todas las Prvincias, con el fin de declarar la Independencia y dictar una Constitucion.
José de San Martín el 12 de noviembre de 1812, a los 34 años, contrajo matrimonio con: María de los Remedios de Escalada, de 14 años de edad.


Combate de San Lorenzo:
La primera acción militar de San Martín y su regimiento de Granaderos a Caballo estuvo dirigida a frenar las incurciones de los realistas en las costas del Río Paraná.
San Martín se instaló con sus tropas en el Convento de San Carlos, posta de San Lorenzo, en el sur de la Provincia de Santa Fe. El 3 de febrero de 1813 y ante el desembarco de 300 españoles, se libró el conbate de San Lorenzo, casi frente al Convento, a orillas del río.
Dado qe existian sospechasa sobre la fidelidad a la causa independentista por parte de San Martín, él desidío avanzar al frene de su reducida tropa, al estar así expuesto, su caballo fue mortalmente herido, quedando así atrapado bajo la cabalgadura, de esta manera casi fue ultimado por un soldado realista, salvandole la vida un soldado raso de su tropa quien interpuso su propio cuerpo entre su general y el soldado enemigo, tal soldado llamado, ( Juan Bautista Cabral ), fue quien resivio el bayonetazo mortal, que termino con su vida, pero salvando de una segura muerte al general; tras esto San Martín lo ascendió post mortem, con lo que es conocido en la actualidad como El Sargento Cabral.
Esta batalla, que por la cantidad de combatientes de ambos bandos, podría parecer secundaria, permitió alejar prasiempre a las tropas realistas que merodeaban las costas del Río Paraná.





lunes, 11 de agosto de 2008

La Fuerza Aerea Argentina cumple 96 años

La Fuerza Aérea Argentina conmemora hoy 10 de Agosto otro aniversario de su creación, que se remonta al año 1912.

A través de un decreto del entonces Presidente de La Nación, Roque Saenz Peña, se creo la Escuela de Aviación Militar, en los terrenos de El Palomar, provincia de Buenos Aires.
Este centro de formacion de aviadores militares seria mas tarde en 1937 trasladado a la Ciudad de Córdoba, su actual asiento.
La institucíon desde sus orígenes fue considerada como un símbolo del progreso que había alcanzado el país.
En las emergencias:
Con el advenimiento del nuevo milenio la Fuerza Aérea se encuentra abocada no solo a sus tareas
meramente militares, si no que además responde a las necesidades de la comunidad, al facilitar medios aéreos y terrestres que permiten responder con celeridad y eficacia ante situaciones de emergencia.
Este año, en ocasión de las erupciones volcánicas que se produjeron primero en Ecuador y mas tarde en Chile estas ultimas afectando hasta estos momentos una amplia zona de el territorio Argentino, aviones Hércules de la Fuerza, trasladaron toneladas de víveres y medicamentos a las poblaciones que se vieron afectadas por dichas erupciones volcánicas.
La Fuerza es también responsable de los servicios de búsqueda y salvamento de personas, además de ser la encargada del la dirección y mantenimiento de la Base Argentina en la Antártica Vice comodoro Marambio. Y ante el incendio del Buque Rompehielos Almirante Irizar,
realizo el reaprovicionamiento de la Base Antártica Belgrano II, mediante 2 aéreo-lanzamientos de mas de 8 toneladas de insumos y víveres, una operación muy compleja que requirió un elevado nivel de adiestramiento y plantificación de parte del Escuadrón Hércules C-130, de la Fuerza Aérea Argentina.
Misiones de Paz:
La Fuerza Aérea Argentina también participa de la lucha contra grandes incendios y mantiene en el anvito internacional el liderazgo en la convocatoria de las Misiones de Paz desde principios de la década del 60´, destacándose su participacion en la Isla de Chipre, aportando los únicos Helicópteros que utiliza Las Naciones Unidas en ese Isla del Mediterraneo. Se trata de un Bell-212 y dos Hugues-500. que desde su despliegue han volado ya mas de 16.000 Mil Horas.
Así mismo desde el año 2004 representa a La Argentina en Haiti mediante la labor desplegada por el Hospital Reubicable y la Unidad Aérea compuesta por dos (2) helicópteros Bell-212.
Consolidando la política institucional para incrementar la interoperatividad, estrechar relaciones y compartir experiencias y conocimiento que puedan ser capitalizados en pos de maximizar estándares de excelencia, se realizaran en este segundo semestre del año, diversos operativos combinados, destacándose el denominado:
"Rió" con la Fuerza Aérea del Uruguay
"Cruzex" con la Fuerza Aérea de Brasil y
"Andes" con la Fuerza Aérea de Chile.
Cabe destacar que la Fuerza Aérea Argentina cumplió una mas que destacada labor en el conflicto bélico del año 1.982 entre Argentina y Gran Bretaña que mantuvieron por la Soberanía de las Islas Malvinas en el Atlántico Sur. La Fuerza mantuvo en bilo a la Flota de Mar de Inglaterra produciéndole barias bajas en sus Navíos.

domingo, 29 de junio de 2008

Perlitas de La Patagonia




Camarones es nuevamente protagonista de la historia:


Museo de la familia Perón;

Hoy sera inaugurado el lugar histórico por el Gobernador: Mario Das Neves. Estarán presentes emblemáticos referentes de la política y el sindicalismo Argentino.

Encabezadas por el Gobernador de la Provincia del Chubut, Mario Das Neves, familiares del tres veses Presidente de la Nación Juan D. Perón, autoridades provinciales dirigentes políticos y sindicalistas, allegados y representantes de entidades históricas convergen hoy al medio día, en la Localidad de Camarones para participar de la inauguración del Museo de la Familia Perón, considerado como "un hito", por el mandatario provincial, dado que refleja el paso de Juan Domingo Perón por la localidad chubutense donde su Padre fue juez de paz.
Sobre la puesta en marcha del Museo, Das Neves dijo que "inauguramos algo que va a ser parte del menú turístico que va a ofrecer la hermosisima localidad de Camarones.
El Mreconstruida.useo cuenta en sus instalaciones con: un área administrativa, una sala de exposiciones en el nivel superior, un archivo blibliografico y audiovisual y un auditorio para sesenta personas, habiendo se reconstruido los distintos sectores que conformaron la vivienda histórica de la Familia Perón.
Al marjen de su significacion por la especial relevancia de la personalidad recordada, la obra se insertara en Camarones como un verdadero centro cultural, al ofrecer la posibilidad de realizar actividades diversas en el auditorio.
Se potencia así la oferta turística, al convertirse en una excelente alternativa para descubrir material inédito de la vida de quien fuera en tres oportunidades Presidente Constitucional de la Nación Argentina.

La Familia Perón:
En 1903 la familia Perón se afinca en Camarones, a partir de 1906 y por el termino de tres años, el padre del líder justicialista se desempeño como Juez de Paz de Camarones, localidad en la que vivieron en una casa, luego utilizada esporádicamente y donde también hizo sus pasos el joven Juan Domingo Perón.
La familia luego se afinco en Sierra Cuadrada, pero Camarones continuo siendo el lugar de paso durante sus vacaciones anuales mientras estudiaba en el Colegio Militar de la Nación. Una modesta casa de chapa y madera - típica de La Patagónica - situada en la calle Estrada, aunque un incendio la destruyo totalmente a mediados de 1982. Hoy reconstruida.
Piezas únicas:

El museo permitirá apreciar piezas importantes y únicas del General Perón y los miembros de su familia. Gestionadas y obtenidas por la Secretaria de Cultura de la Provincia en distintos lugares del país, a través del contacto y la colaboración de muchos descendientes y amigos de Juan Domingo Perón.

Ubicación Geográfica:

Camarones Provincia del Chubut.
Es una localidad del Departamento Florentino Amheguino, ubicada sobre la costa Atlántica, la principal actividad es la pesca. Dista a unos 250 Km, al Sur de la Ciudad de Trelew y unos 240 Km, al norte de la ciudad de Comodoro Rivadavia. Contaba con 1.079 habitantes datos del (INDEC) del año 2001.

Historia:

A principios del siglo XVI, expedicionarios Españoles conducidos por Simón de Alcazaba y Soto Mayor, exploraron las costas Patagónicas. Procuraban establecer la Gobernacion de Nueva León; desembarcaron en Camarones y, aunque fracasaron en su intento, dejaron los cimientos de lo que habría de ser la población mas antigua del Chubut.

Datos generales:
Durante Febrero de cada año Camarones es sede de la Fiesta Nacional del Salmón, que incluye un concurso de pesca de media altura en las cercanías de Islas Blancas.
En dicha zona, cercana a Camarones, naufrago en 1899 el buque Villarino, conocido por haber trasladado los restos del General José de San Martín desde Francia a la Argentina.