lunes, 29 de diciembre de 2008
El Parque Los Alerces se prepara para los turistas
El área protegida alberga un bello y complejo sistema lacustre donde desembocan y nacen numerosos ríos y arroyos que se encuentran rodeados por cordones montañosos. Lagos cristalinos y montañas con frondosa vegetación enmarcan la belleza de un lugar destinado a conservar la belleza natural.
Cómo llegar:
Para acceder al Parque Nacional es necesario dirigirse a la ciudad de Esquel, en la Provincia del Chubut.
Desde allí, por la Ruta Nacional Nº 259 empalmando con la Ruta Provincial Nº 71 que atraviesa el área protegida en dirección norte-sur. Por este camino se arriba a Villa Futalaufquen, donde se ubica el centro administrativo del Parque Nacional.En la Villa Futalaufquen, dentro del Parque, se halla la Intendencia y el Centro de Informes y Museo, aquí se puede obtener información y adquirir permisos de pesca.
El lugar cuenta con estación de servicio, cabinas telefónicas, restaurante, proveeduría, campings libres, agrestes y organizados, cabañas y hosterías.
Se puede conocer el parque a través de más de veinte senderos peatonales y numerosos caminos vehiculares.
Para obtener más información sobre caminatas, servicios y tarifas ingresar a la página http://www.parquesnacionales.gov.ar/.#
Les recomiendo que visiten esta zona, ahí unos lugares espectaculares con paisajes hermosos.
sábado, 20 de diciembre de 2008
Anecdotas de La Patagonia
Entre sus obras, se encuentran "Memorias de un carrero patagónico", "Recuerdos de mi primer arreo", "Los recién venidos" y "El guanaco vencido".
FUEGO EN COMODORO de Asensio Abeijón
de Memorias de un carrero patagónico, Bs. As.. Galerna, 1977.
Sin que nadie pudiera especificar el motivo, todos le hallaron mensaje de tragedia a ese misterioso resplandor rojizo y movible, que en un anochecer de noviembre de 1909 concentró la sorprendida atención de los quince carreros acampados para pasar la noche en el alto filo de la Pampa del Castillo.
Se pasaron la voz al notarlo y por espacio de algunos minutos, suspendieron la tarea de desatar los caballos, mientras observaban en silencio y algo cohibidos la novedad misteriosa. Parecía situada a unas 14 leguas hacia el Este, más o menos próxima al mar, y donde se halla situado el pequeño caserío de Comodoro Rivadavia.
Con curiosa incertidumbre, comentan los troperos ese aparente incendio, lejano y gigantesco, que da a las nubes del horizonte. Este un tinte ligeramente sangriento como las puestas de sol que preceden a los días de fuerte viento.
¿Será un incendio en el pueblo? Imposible. Todas las casas de la aldea incendiadas no darían semejante resplandor. Hasta el momento de acostarse los carreros hacen conjeturas, mientras rodean el fogón que en un círculo de cincuenta metros esparce un resplandor rojo, imitación en miniatura de ese otro que llama la atención de todos. Convienen en que sea lo que sea tiene ribetes de fatalidad.
El resplandor reaparece con el crepúsculo, cuando la tropa de carros acampa nuevamente, después de una jornada de cuatro leguas, cuesta abajo por el cañadón de El Tordillo.
Es a mitad de la jornada del siguiente día, mientras la tropa ha desatado para almorzar y hacer la siesta, cuando se enteran de la realidad del suceso y se confirman los presentimientos del drama.
Después de unos mates, ya moderados los comentarios y preguntas atropelladas y mientras almuerzan con el plato sobre las rodillas, los viajeros relatan el penoso hecho,..
Fue en las primeras horas de la tarde del día 10 de noviembre, cuando se produjo la explosión, al originares una fricción de herramientas metálicas en la boca del pozo. La detonación tremenda y el ruido de la llamarada, tapaban los gritos de los trabajadores heridos. Llegó hasta Comodoro con ruido de cañonazo apagado, y a los 15 minutos, a lomo de parejero, llegó la noticia y el pedido de auxilio.
A una cuadra del siniestro, vehículos y jinetes debieron detenerse porque los caballos espantados por el espectáculo pavoroso y atronador, se negaron a seguir.
A pie se acercaron hasta donde se los permitió el calor del incendio y el humo de la madera en combustión. Dos hombres ayudaban a una persona desnuda que apenas se tenía en pie mientras un tercero, provisto de un balde y un jarro, le echaba agua fría sobre las horribles quemaduras. El agua le corría por el cuerpo y llegaba a tierra con color de sangre. Por el mover de los labios se notaba que el hombre quería hablar, pero la dificultad de las heridas y el fragor del fuego impedían oírlo. En pocos minutos se le había desfigurado el rostro.
La confusión era tremenda e iba en aumento según aumentaba la concurrencia.
Trescientos metros en torno al lugar trágico, todo asemejaba el desorden de un ejército en derrota que se ha quedado sin jefes. Idas, venidas y corridas de un lado a otro. Gritos que el estruendo ahoga. Gestos y señales que nadie entiende. Clamores pidiendo un médico que está a 120 leguas de distancia.
Al galope tendido de sus caballos, dos jinetes aprovechan lo parejo del terreno para acercarse al pozo ardiente. Con sus ponchos humedecidos han tapado un costado de la cabeza de los caballos para que no vean el fuego. Al apearse, se lo sacan de un tirón para que los animales no huyan, y de inmediato cada cual toma a uno de los heridos que yacen cerca de las llames y los arrastran dificultosamente hasta un lugar donde otros les prestan ayuda. Tratan de resguardarse con los ponchos mojados. .
Como las llamas debido a la mezcla del gas con el aire, recién se inician a cuatro o cinco metros de altura. el calor es menos al lado del pozo, que a 50 metros de distancia. La torre se recalienta al rojo y luego se desliza a plomo sobre la boca infernal, tomándose en un montón de hierros sin forma, por entre los cuales fluye violento el gas en llamas, aumentando la potencia de sus bramidos.
En carros son llevados los heridos hasta Comodoro y en el Hotel Coletto se improvisa un hospital, sin médicos ni enfermeras, sin medicinas. Impresiona el aspecto de esos desventurados. No tienen cejas ni pestañas y sus bigotes y cabellos están chamuscados. Sus rostros hinchados y sangrientos, están como sus manos, llenos de resquebrajaduras semejante a la greda cuando después de una lluvia, el sol fuerte la reseca.
Se hacen presentes tres mujeres que traen algunos desinfectantes y sábanas limpias para vendajes Su presencia causa alivio. Es misteriosa y grande la sensación de esperanza que da la presencia y la ayuda femenina en esos torbellinos de desamparo y tragedia.
En medio de tantas tribulaciones, el telégrafo aporta su incomparable ayuda. Está ya en comunicación con el médico de Rawson. Se trata de seguir sus indicaciones, aunque se tropieza con la falta de medicamentos...
El jefe de correos de Rawson, que por momentos hace de telegrafista y hasta de cartero al oír las primeras vibraciones telegráficas, se acerca al pequeño aparato con la indiferencia que da el oficio y la costumbre. Pero el amigo con el que conversaba y que en esos momentos le ceba mate observa cómo su rostro, súbitamente, refleja atención y ansiedad a la vez que toma el lápiz y comienza a hacer febriles anotaciones que de inmediato pasa al amigo diciéndole con excitación: "Hubo una gran explosión de petróleo en Comodoro Rivadavia. Hay muertos y heridos graves y piden que vaya enseguida el doctor Federicci, pero que antes les diga por telégrafo lo que deben hacer mientras él llega. No tienen doctor ni remedios. ¡Es muy urgente. Por favor, monta en mi caballo y avisále al médico y al Gobernador! …
Concentra nuevamente su atención en el telégrafo, mientras el amigo monta a caballo de un salto y se apresura a cumplir el encargue. El Gobernador anda en gira por el interior. Diez minutos después el médico se hace presente junto al aparato telegráfico y dicta sus instrucciones, que el telegrafista transmite: "Que no les pongan agua fría.”
=”Ya se les ha puesto a todos desde el primer momento" - les responden.
=”Limpieza y desinfección" -ordena.
=”No hay desinfectantes y las heridas están llenas de tierra y carbón" -- es la contestación.
Consternado, pero con voz serena, el médico dicta sus instrucciones, adaptándolas a lo que hay. Pasa de la técnica moderna, a los más modestos curativos caseros.. Él se pondrá en camino dentro de media hora.
El cura salesiano llega jadeante hasta la casa del médico, cuando éste se apresta a emprender el largo trayecto en la "volanta" de la Gobernación. Viene cargado de paquetes y seguido por tres agitados alumnos del colegio que también portan bultos de remedios. Casi la totalidad de los medicamentos del modesto hospital salesiano se pone a disposición del médico, quien los acepta agradecido, pero no acepta que el sacerdote lo acompañe, para no recargar el coche facilitando así la rapidez de la marcha por el mal camino.
El padre Vachina acepta el razonamiento. Se santigua mientras el coche parte y levanta la mano, trazando una cruz en su dirección, mientras ruega a Dios porque el médico llegue a tiempo para salvar esas vidas.
El cura y el médico son amigos personales, coincidentes en el desinterés pero adversarios irreconcilliables en ideas políticas y sociales. Era común verlos pasearse por el amplio patio del colegio, discutiendo acaloradamente en su idioma sobre política, con gran contento de los alumnos, que interrumpían sus juegos para observarlos, aun sin entenderlos. El cura criticaba la usurpación del poder temporal del Papa por parte de Italia. El médico la defendía con tesón, y hasta había luchado por ella en sus años de estudiante.
El padre Crestanello siempre decía que el doctor Federicci era "un hombre ejemplar", a pesar de sus ideas.
La marcha por el escabroso camino a medio trazar y poco transitado, es violenta y al filo de la Pampa de Trelew la furia del viento Oeste, destroza la capota de la volanta inconveniente que se hace más sensible cuando al caer la tarde el viento disminuye y es reemplazado por un chaparrón con escarchilla. Deben detenerse varios minutos para resguardar los medicamentos contra la humedad.
Junto con el tercer cambio de caballos realizado antes del amanecer, les tienen un costillar asado. Las improvisadas postas, se han organizado mandando "chasques" a caballo desde las oficinas telegráficas, a los más cercanos establecimientos ganaderos, y se efectúan con regularidad. Ningún establecimiento ha mezquinado la prestación de caballos.
A las dos de la mañana un hecho jocoso pero molesto, despierta la hilaridad de los dos acompañantes (un vasco y un aborigen).
La marcha del tercer día no tiene variantes: malos caminos, fuertes vientos alternados con chubascos de agua. Las leguas se hacen largas.
Seis leguas antes de llegar a Camarones, los exigidos caballos dan muestras de agotamiento a causa del camino pesado por la lluvia y con un fuerte viento en contra. Por suerte desde el pueblo previeron el contratiempo y destacaron dos chasques de auxilio con caballos descansados, logrando así recuperar el tiempo.
Ahora el viaje es más pesado, porque marchan en subida hacia la Pampa de Malaespina.
Pese a sus años, el doctor Federicci soporta con estoicismo la brutal marcha por el camino poceado, el sueño, el frío, el viento y el sol fuerte.
El vehículo no puede soportar la endiablada carrera y a siete leguas de Camarones, saltan los rayos de una rueda y vuelcan recibiendo magullones.
Desde la estancia "La Logia", los observan con larga vista desde un cerro que hace de "mangrullo", y antes de media hora, han llegado en su auxilio, con un vehículo y caballos de refresco.
El coche es sustituido por otro, por haber engranado un eje. Al amanecer, ya no lejos del final de la pampa, se percibe rojizo y débil por la distancia, el tenue resplandor del fuego trágico.
Son las 11 de la noche cuando entre nubes de tierra que levanta el viento, el vehículo se detiene ante la fonda que oficia de hospital. Encorvado por el cansancio y los golpes recibidos en el largo traqueteo desciende del mismo el doctor Ángel Federicci. Pese a la hora y al mal tiempo, allá se ha reunido la casi totalidad de los vecinos de Comodoro, que por los "chasques" estaban enterados de su próximo arribo. Es tal el alivio que sienten al verlo que a pesar del ambiente de tragedia estallan aplausos. . Lo rodean palmeándolo con afecto. Alguien lo toma de un brazo, y una voz de mujer le dice: "Pronto, doctor, Se está muriendo...”
Antes de cinco minutos, mientras le bajan los medicamentos, ya está examinando a los pacientes. En la sala hay ayes de dolor y hedor de muerte. Uno falleció a la hora. El médico lo previó a primera vista, y sólo consiguió aliviarle un poco de sufrimiento con un calmante... Fue sepultado junto a sus compañeros, marcados sus sepulcros con una cruz con el epitafio escrito a lápiz de carpintero, que el tiempo no tardó en borrar. Sus nombres han de figurar sin pena ni gloria en el papeleo de los archivos, y son la vanguardia de los mártires de la riqueza petrolera argentina...
La ciencia pudo arrebatar cuatro a la muerte. En barco, el doctor Federicci los condujo al hospital Salesiano de Rawson.
viernes, 19 de diciembre de 2008
El primer avion sobre Tierra del Fuego
El proyecto comenzó concretándose en los astilleros Kramer, Vagt & Beckmann en Büsum, cerca de Hamburgo (Alemania), en 1926, encargado por el explorador -también alemán- Gunther Plüschow: "Enteramente construido con madera de roble, el casco medía 16,20 metros de eslora por 4,88 de manga y 1,80 de calado. Originalmente estaba propulsado por motor Deutz 50 HP de dos tiempos y un velamen con cangrejas, foques y trinquetilla distribuidas en un aparejo queche con mástiles metálicos". Se lo bautizó "Feuerland" ("tierra del fuego" en alemán), mostrando así unidad con el principal propósito: navegar por mar y el aire en aquella región.
Breve historia personal. Plüschow, nacido en Munich por 1886, se inició en la carrera naval a los 11 años y en 1912 era oficial de la Armada Imperial Alemana. Recorrió varios mares del mundo. Durante la Primera Guerra Mundial fue aviador naval en Oriente, donde vivió una odisea luego de evacuar Tsingtao -colonia alemana en China-, y tras nueve meses de accidentado peregrinar -con casi fusilamiento- pudo regresar a Alemania. Se retiró de la Marina y se dedicó a la aviación civil, "promoviendo la fundación de la empresa aeropostal Aero Lloyd, que más tarde sería Lufthansa". Obtuvo el título de capitán de ultramar y comandó un buque de pasajeros en el Mediterráneo. Un casual encuentro con un ex camarada, Laeitz, fue motivo de invitación para viajar en la barca "Parma" a Sudamérica. Malvinas, Cabo de Hornos y costas chilenas fueron el descubrimiento y tuvo otro casual encuentro con un estanciero alemán en la zona del Paine, comprometiéndose regresar. En Alemania publicó su segundo libro: "Viaje en velero al país de las maravillas".
Logró ayuda económica para construir el "Feuerland" y zarpó en octubre de 1927. Estuvo amarrado en el Yacht Club Argentino de Buenos Aires, donde pasó la Navidad: "Sus instalaciones eran de las más bonitas y elegantes que conocía". El 21 de octubre de 1928 estaba en el estrecho de Magallanes y en Ushuaia -donde fue bien recibido- se iniciaba el recorrido fueguino: "Este primer viaje sirve, principalmente, de información. Me he propuesto hacerme una idea de todo cuanto nos espera y por eso quiero estudiar y elegir los mejores y más hermosos lugares para filmar y fotografiar, buscando al mismo tiempo puntos de orientación para mi hidroavión y sitios adecuados para amarrar en caso imprevisto de necesidad", escribió después en su libro sobre aquel viaje por mar y aire. La fábrica Heinkel le había entregado un hidroaeroplano con motor BMW-4 que llegó desarmado a Magallanes (Punta Arenas) en el vapor alemán "Planet". Era biplaza "con estructura de metal y madera; sus habitáculos estaban descubiertos. Podía ir equipado tanto con ruedas como con flotadores. Su velocidad era de 160 kilómetros por hora". En Magallanes apareció el compañero, ingeniero y mecánico Ernst Dreblow, con quien armó el hidroavión. "Fuimos trayendo, con mil dificultades, una tras otra, las numerosas piezas del hidroavión, que se encontraban embaladas y encerradas en distintos departamentos desde hacía casi un año. Todo se hallaba en tan excelente estado, que yo creí que el hidroavión acababa de salir de fábrica. Trabajamos, naturalmente, al aire libre, a merced del tiempo, de los vientos, de los huracanes, de las lluvias, tormentas, tempestades de agua o de arena y bajo el sol abrasador de verano, sin cabría ni grúa, sin útiles de trabajo, sin otras herramientas que las que buenamente encontramos por casualidad".
Con improvisados elementos como un "mástil para elevar la parte central del hidroavión y poder colocar debajo los flotadores y colgar la pieza del centro, colocar el motor, enganchar las alas y colocar luego el aparato, dejándolo descender lentamente sobre la vagoneta de los flotadores", "las tempestades y el mal tiempo han sido un sufrimiento que ha durado varias semanas. Pero, al fin, llegó el día en que el pájaro estuvo terminado". Fue llamado "Cóndor de Plata": "Lo he bautizado con el nombre 'Tsingtau D 1313'". Estuvieron contentos pues "...a la primera vuelta de manivela echa a andar el motor" y seguidamente "comenzó a correr sobre el mar". El vuelo de prueba fue satisfactorio.
Llegó el día tan ansiado. Cargaron "una voluminosa saca de correspondencia en el interior del casco" y despegados hicieron "un vuelo de honor por encima de Magallanes, describiendo un círculo".
En un pequeño poblado chileno vieron "a sus habitantes, corriendo en aglomeración y mirando hacia arriba, excitados por el miedo, pues no han visto en su vida un aerplano en los aires". Luego se les presentaron la bahía de Uselesa, la isla Dawson, la cordillera de Darwin... volaban a 2.500 metros de altura. Aquel panorama se reflejó después en hermosas frases que el piloto-escritor -así fue llamado- plasmó en su libro sobre Tierra del Fuego. Pasaron por el lago Fagnano y luego "¡debajo de nosotros acaba de surgir la pequeña ciudad de Ushuaia!". Poco después el canal Beagle recibía al "Cóndor de Plata". "El vuelo entero, desde Magallanes (Punta Arenas) hasta Ushuaia, apenas ha durado una hora y cuarenta minutos, con un total de doscientos ochenta kilómetros. Somos -apuntaría- el primer avión del mundo que ha volado sobre la Tierra del Fuego. Toda la población de Ushuaia se halla reunida en la playa. La calurosa recepción que se nos tributa es para mí algo totalmente inesperado... dando el brazo a mi excelente compañero Dreblow, atravieso por medio de aquella compacta multitud, que nos cubre de flores y de verdes y preciosos ramajes; centenares de manos nos aplauden". Los recibieron el gobernador fueguino y su "encantadora esposa". Saludos, felicitaciones, abrazos y obsequios, anotando sobre aquel momento: "¡El primer correo aéreo, el primer paquete postal que desde la tierra firme hasta la punta extrema de la Tierra del Fuego vino por los aires, lo entrego yo mismo en propias manos del gobernador!" (sic).
Fue el 3 diciembre de 1928, hace 80 años.
HÉCTOR PÉREZ MORANDO (*)
(*) Periodista. Investigador de historia patagónica
Bibliografía y fuentes principales: Plüschow, G.: "Silberkondor Úber Feuerland", Berlín, 1919. Trad. de Armand Guerra de "Sobre la Tierra del Fuego", Berlín, 1930. Canclini, A.: "Tierra del Fuego", 1986. Pronsato, D.: "Patagonia año 2000", 1971. Larra, R.: "La conquista", 1979, Bafico Rojas, A.: "Feuerland", BCN, 2007. Revistas "Karu Kinka" Nº 13, 14 y 25; 1975 y 1980. Pérez Morando, H.: "Año Nuevo", "Río Negro", 1999. Archivo del diario "Río Negro", Biblioteca Patagónica (VECh) y otros.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Elefante Marino
Elefante Marino.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Se viene el Rally Dakar a Puerto Madryn
Nueva reunión organisativa por el Rally Dakar
Hace unos días tubo lugar una nueva reunión organizativa de cara a la inminente llegada del Rally Dakar Argentina-Chile 2.009, que llegara a la Ciudad de Puerto Madryn el próximo 4 de Enero.
El encuentro fue presidido por el Secretario de Gobierno y Trabajo.
Los funcionarios continúan evaluando los avances de todo lo atinente al desplazamiento de los participantes y la seguridad que se desplegará con motivo de la llegada de los más de seiscientos corredores de esta competencia; así como de sus acompañantes y la serie de servicios que los mismos requieren; la logística.
Tal como se adelantó se trabaja especialmente en lo concerniente al espacio en que los espectadores podrán vivir esta fiesta del Dakar en Argentina.
Cabe recordar que en la zona de parque cerrado y aledaños habrá sitios delimitados para que el público pueda ver el paso de los vehículos -sin poder ingresar a la sede del Bivouac–; también respecto del estacionamiento de vehículos que estará ubicado detrás de denominada zanja de guardia y el emplazamiento del Comité de emergencia en cercanías del helipuerto que estará situado en el Club de Aeromodelismo.
En su momento quedó definido que en principio el ingreso y egreso de los vehículos, no en carrera –es decir que circularán a velocidad normal de tránsito-, se concretará por Ruta Provincial N° 4, continuando por la Ruta Nacional A 010 (el acceso norte a la ciudad) hasta su intersección con Kennet Woodley y por ésta hasta Paso de Los Libres, tomando Avenida Rawson; Avenida Roca hasta su cruce con Avenida Gales para proseguir por el Boulevard Brown hasta la zona de El Golfito; contando además con rutas de alternativa para evacuación ante emergencias con corredores seguros para la circulación de ambulancias o móviles. Paralelamente se analizaron otros temas con la circulación ya el cinco de enero, en plena competencia y los mejores mecanismos para afrontar posibles contingencias.
En importante ir teniendo en cuenta que si bien los vehículos dentro de la ciudad circularán a velocidad normal; es indudable que la afluencia de público será realmente de proporciones, por eso es que se hará hincapié en la necesidad de la toma de conciencia de parte de los espectadores; respetando en todo momento las indicaciones que brinden los encargados de la seguridad, para prevenir inconvenientes.
Recuerden que si andan por la zona para Enero podrán apreciar otro atractivo mas como el Rally entre los tantos que ofrece nuestra región.
domingo, 14 de diciembre de 2008
Extraño fenomeno
viernes, 12 de diciembre de 2008
Tonina Overa
sábado, 6 de diciembre de 2008
Playa Unión, la Perla del Atlántico
Se encuentra ubicado a unos 6 Km. de la Ciudad de Rawson, Capital de la Provincia del Chubut, el balneario cuenta con una población de 3.187 habitantes (INDEC, 2001)
Una hermosa Playa de arena de distintas tonalidades y canto rodado en uno de los extremos cerca de la desembocuadura del Rió Chubut, es una playa de unos 6 km. de largo de agua color azul aunque en algunos días su tonalidad es verdosa, esta sobre una bahía de nombre: Bahía Engaño.
Su mar abierto produce un importante oleaje, apto para distintas actividades acuáticas.
Es uno de los balnearios mas concurridos de La Patagonia Argentina, en verano las temperetauras pueden alcanzar los 40º, el agua es templada con un cielo limpio y un sol muy intenso que invitan a darse un refrescante chapuson.
En el extremo norte de la paya se lleva a cabo cada año el tradicional concurso de pesca de costa: Las 24 Hs. de pesca, por pareja, donde salen excelentes ejemplares de Pejerrey y otras variedades de peses.
Es un sitio ideal para el avistaje de la Tonina Overa, algunas empresas realizan el avistaje en lanchas autorizadas para tal fin.
También suelen verse desde la costa algunas ballenas Francas del Sur.
Una excelente alternativa para el verano, cuenta con un Hotel, departamentos y casas para alquilar, restoranes, confiterias y algunos boliches nocturnos.